Mis primeras experiencias de conciencia plena jugando deportes de niño
Empecé a jugar deportes organizados a una edad muy temprana. Mi primera experiencia con mindfulness (que yo entiendo como “la mente sin conciencia”) fue cuando tenía nueve años. Estuve jugando básquetbol cerca de la ciudad de Rome en Nueva York. Anoté veinte y ocho puntos ese juego, y dominamos totalmente al otro equipo. Puedo recordar que jugué el juego como sin ningún esfuerzo.
Mi práctica de deportes con conciencia plena en la escuela primaria
Durante el juego todo pasaba sin estar pensando. En un momento del juego un jugador de mi equipo trató de molestarme. Se llamaba Doug y era conocido como el bromista de nuestro equipo. Doug gritó de su asiento: ‘5 4 3 2 1’, como si el periodo estuviera terminando. Tiré la pelota desde la mitad de la cancha. Me acuerdo de mi entrenador gritando: ‘no’, pero era demasiado tarde porque la pelota había dejado mis manos para entonces. También recuerdo a mi entrenador saltando de arriba a abajo y gritando: ‘sí’, cuando metía canasta con la pelota. Después, nuestro tenedor volteó y regañó a Doug diciendo: ‘nunca más hagas eso de nuevo’ porque aún quedaban dos minutos en el periodo.
Esto es lo que yo considero es jugar con ‘la mente sin conciencia’ o en un estado de conciencia plena. Para mí, este estado es también un estado de ‘mente sin conciencia’, porque no estoy pensando ni reemplazando pensamientos, sino que estoy simplemente jugando. Mi mente no está pensando en muchas cosas a la vez o nerviosa, o con miedos. Estoy jugando sólo para disfrutar y por amor al deporte. Desafortunadamente, mientras más maduro y consciente me volví, empecé a disfrutar menos los deportes organizados. No quiero decir que alguna vez haya perdido el amor por jugar deportes es sólo que, a veces, el miedo a fallar y otros pensamientos de duda se volvían abrumantes y me impedirían disfrutar el juego. A esa edad todo se trataba de jugar por amor al juego. Si sólo hubiese podido mantener mi estado mental de niño mientras mi cuerpo maduraba. Tristemente, mientras más edad tuve, mi mente interferiría más con mi rendimiento deportivo.
Mi práctica de deportes con conciencia plena y sin conciencia plena en la preparatoria
En la escuela preparatoria jugué todos los deportes que la escuela ofrecía. Jugar deportes fue una manera para mí de compaginar con otros muchachos. Recuerdo jugar fútbol norte americano mi primer año de escuela preparatoria en el equipo de la preparatoria, estábamos jugando un juego en el cual tuve la experiencia del poder de ‘la mente sin conciencia’. Una mente que no está preocupada con miedo de equivocarse o miedo de que jugadores más grandes, más rápidos y más fuertes me destrozaran. Estaba jugando en el rol de defensa, el mariscal de campo se alejó para lanzar la pelota y entonces yo pude anticipar el juego perfectamente, sabía exactamente a dónde estaba yendo él para lanzar la pelota. Anticipé rápidamente el pase del mariscal de campo y salté enfrente del receptor.
Todo durante ese juego pasó muy rápido, nunca tuve tiempo para pensar. Recuerdo cómo intercepté la pelota y corrí 60 yardas para un touchdown. Después de que el entrenador me vio hacer esto, decidió ponerme en ofensa como corredor rápido para la próxima vez que le tocara a nuestro equipo atacar. Desafortunadamente para mí, mi “mente consciente” empezó a controlarme y me empecé a preocupar. Empecé a dudar de mí mismo inmediatamente. Después todo nunca antes había jugado como corredor rápido, ¿“qué hago”? El mariscal de campo me dio la pelota, y yo debía encontrar el espacio que mis bloqueadores crearían; sin embargo, estaba muy nervioso, concentrándome en qué hacer, en lugar de confiar en mi intuición y habilidades. Esa fue mi única oportunidad y la eché perder. No pude encontrar el espacio que mis bloqueadores hicieron para mí, porque mi “mente consciente” tomó control y tuve mucho tiempo para pensar, en lugar de dejar de preocuparme y confiar en mis habilidades naturales.
Juegos como aquél en el cual intercepté la pelota y anoté un touchdown fueron pocos y distanciados en mis años de preparatoria. Siempre sentí ansiedad y muchísima presión al jugar deportes durante mi adolescencia, tenía las habilidades físicas porque siempre había jugado deportes desde una edad temprana y mi hermano mayor me ayudaba a entrenar con pesas. Desafortunadamente, no fue sino hasta que entré a la universidad que aprendí una manera de entrenar mi mente a través de prácticas de mindfulness.
David,muchas felicidades,todo está muy bien,sigue aprendiendo y practicando creo que tú Familia esta muy orgullosos de tu gran logro .Te quiero mucho. Aida